Centroamérica, sus ciudades coloniales y bellezas naturales; ´Pura vida´: Garatell.

Escrito por Alberto Serna

10 agosto, 2023

La gran aventura sigue tras su paso y acumulando grandes recuerdos de Nicaragua y Costa Rica.

Toda una experiencia el cruce de las fronteras; en algunas, es de lo más sencillo y fácil cruzarlas; en otras, la burocracia es predominante y se pierde mucho tiempo.

Con determinación y mucho entusiasmo, Jorge Árate y Berenice Valenzuela continuan su travesía por Centroamérica, en su versión “Nos vemos en ruta”  y ya a punto de entrar a territorio sudamericano, por lo que esta ocasión, para Motorizándonos, reseñan las vivencias obtenidas en Nicaragua y Costa Rica, que forman parte de esa Centroamérica contrastante, con sabor tropical y muchos detalles arquitectónicos precolombinos y coloniales.

Nicaragua.

La entrada a este país resulta un poco complicada, ya que debe de tramitarse una solicitud de ingreso, con un tiempo previo de 20 días, por lo que nuestros amigos cumplieron el requisito y durante la espera de la respuesta, retornaron a territorio hondureño para realizar algunas actividades de labor comunitaria y apicultura, con amigos de la YMCA, Asociación Cristiana de Jóvenes (en inglés, Young Men’s Christian Association).

Al recibir la respuesta de aceptación, iniciaron el proceso de ingreso al territorio nicaragüense; donde debieron cumplir con ciertos requisitos y pagos, tales como el pago de un seguro por 13 dólares; otro más de 10 dólares, por un sello de migración y un tercer pago de entrada al país, por 3 dólares; esto es, que en total se pagan 26 dólares, que acorde con la paridad monetaria, en promedio pagaron 450 pesos mexicanos, para asumirse turistas en territorio nicaragüense.

El proceso es meticulosos, pues hacen una exhaustiva revisión a la motocicleta y escanean el equipaje. Está prohibido hacer videos y lleva drones; superado este paso, Nicaragua abre sus puertas y da la bienvenida para rodar por sus carreteras, que no son óptimas, pero se puede rodar con tranquilidad; finalmente, son transitables y seguras.

La primer parada fue el Cañón de Somoto; algo muy similar al cañón del sumidero, rodeado de exuberante naturaleza, bañada por la cuenca del río Coco, donde se puede nadar y descansar de manera confortable.

Siguiente parada, la ciudad colonial de León, cuyas construcciones datan de 1500 años y destilan mucha historia y atracción por conocer lo que ahí se ha vivido, nos comentaron que es una localidad de ambiente muy caliente, tanto “…que llego al grado de provocarnos ´un golpe de calor´; por lo que recibimos la ayuda inmediata e incondicional de buenos amigos, que nos brindaron su hospitalidad y atención, en tanto nos recuperábamos…”.

Inevitable resultó llegar a Managua, capital del país; ubicada en la costa sur del lago de Managua. Garatell comentó para Motorizándonos, que el atractivo principal, es la Plaza de la Revolución y la fachada de su catedral, ya que la estructura del inmueble quedó muy dañada, después del terremoto de 1972. “…pudimos caminar por el pintoresco malecón; aunque es importante mencionar, que se trata de una ciudad limpia y segura, pues en cada esquina, se observan elementos de la policía. En sí, la gente nos expresó, que viven seguros, bien y con calidad de vida agradable…”.

Otro sitio atractivo y sugerente, para quienes quieran conocer ese país, es la isla de Ometepe, en el lago Cocibolca, que cuenta con una pequeña zona turística, atractiva y paradisiaca; “muy parecida a Las Estacas, pero en chiquito, donde tuvimos la oportunidad de paladear un delicioso arroz artesanal u orgánico”. Un dato complementario sobre esta porción de tierra, es que en su territorio se localizan los volcanes Concepción, en actividad muy similar al Popocatépetl y Maderas, inactivo.

Posteriormente, la ruta continuó a la ciudad de Rivas, conocida como “La ciudad de los mangos”, donde cotidianamente se realizan ferias y exposiciones en las que se ofertan productos agrícolas de la región. Esta ciudad, también se le identifica como la entrada a Nicaragua, por su lado sur.

Resumiendo la estancia en este país, Garatell comentó que la carreteras son de buena calidad, sin llegar a la excelencia, donde se puede rodar tranquilo, a una velocidad promedio de 80 KPH. El tema del uso de casco es totalmente controlado y a nadie se le permite conducir o subirse a una motocicleta, si no trae el casco puesto y asegurado correctamente. Es un país por el que se pueden recorrer su carreteras, de manera segura, de frontera a frontera y de costa a costa.

Costa Rica

Su frontera se cruza sin el mayor problema; simplemente se revisan documentos, se paga un seguro, cuyo costo es de 36 dólares y de inmediato se inicia la aventura recorriendo sus carreteras, que son óptimas para rodarlas con tranquilidad, siempre con cuidados extremos. Se puede decir que es un país caro, pues en promedio, el costo de una noche en hotel, es de 50 dólares. “Afortunadamente fuimos recibidos y atendidos por la señora Evelin, que es una viajera constante; muy hospitalaria y cordial en su rol de anfitriona”.

“San José, la ciudad capital, también destaca por sus construcciones coloniales, entre las que resaltan y es inevitable no conocer el Museo del Jade, con su arte precolombino; el Teatro Nacional;  el paseo obligado por el Parque Metropolitano La Sabana, hacer la ruta del café y finalmente visitar el Fuerte de San José el Alto. En sí, este país es agradable a la vista de los visitantes, pues destaca la naturaleza que rodea sus ciudades, donde sus habitantes tienen muy claro que el turismo es parte fundamental de su economía, por ello, cuidan la fauna silvestre y se esmeran en el mantenimiento y aseo adecuado de sus playas como Brasilito o Conchal, que justo son ´la costa rica´, que dan nombre al país y cuyos residentes no se cansan en repetir la trillada frase de Clavillazo ´Pura vida”, porque los costarricenses, lo pregonan una y otra vez, ¡Somos pura vida!”.

Siguiente parada, Panamá y los países que habrán de recorrer, hasta llegar a La Patagonia argentina; pero esa reseña y muchas más, queda pendiente para el siguiente envío informativo, que este par de amigos y entrañables aventureros nos hacen, con exclusividad para los amigos de Motorizándonos; en vía de mientras, ya nos compartieron información valiosa e interesante, por si algún día llegase a surgir la inquietud de imitar esta travesía emprendida por Jorge y Berenice, un par de mexicanos, dispuestos y puestos a conocer las maravillas del mundo.

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