Cañada enclavada en la región montañosa, cercana al pueblo mágico de Tepozotlán, donde se ubica el acueducto más alto de Latinoamérica, construido en la época virreinal.

Evocando algunas rodadas con amigos entrañables, Motorizándonos, recuerda que a no más de 60 kilómetros de la CDMX, en dirección nort-poniente; a 26 kms. del pueblo mágico y sede del Museo del Virreinato, el pintoresco Tepotzotlán; se localiza uno de los lugares poco conocido, para miles de capitalinos, pero sí, una de las opciones para la rodada dominguera y nos referimos a Arcos del Sitio, uno de esos lugares que regala paisajes incomparables y que además aporta referentes históricos del lugar y del país, durante la época colonial.

Luego de recorrer por la carretera municipal, que conecta los pueblos mágicos de Tepotzotlán y Villa del Carbón, para virar a la derecha y rodar sobre un camino de doble sentido, bien pavimentado en algunas secciones, aunque un tanto accidentado, en algunas otras; por lo que hay que extremar precaución, por espacio de  20 minutos y así llegar al espectacular Arcos del Sitio, ubicado en las faldas del cerro Tres cabezas, donde se encuentra la gran cañada, sobre la que se edificó el acueducto más alto de Latinoamérica, con sus 43 arcos divididos en cuatro secciones, alzados a una altura de 61 metros y una longitud total de 438 metros recorribles de punta a punta, para retornar por un puente colgante, que cruza frente a los arcos, desde donde se pueden hacer fotografías por demás únicas, de la impresionante construcción bien conservada y que da un toque especial, tras combinar sus trazos arquitectónicos en medio de la naturaleza del lugar.

La extensa área invita a caminar por largos y estrechos senderos, o bien, subirse a la prolongada tirolesa y cruzar la cañada a más de 80 metros de altura, atravesar su estrecho riachuelo, montar a caballo y si vas con los hijos o nietos, volar papalotes, en sí, un lugar donde el tiempo transcurre rápido, por la diversidad de actividades que se realizan.

Hurgando la historia del lugar, ésta nos cuenta que el acueducto fue construido durante dos periodos; su inicio, a principios del siglo XVIII, a cargo del padre Santiago Castaño, pero la construcción se detuvo en 1767, por la expulsión de la orden jesuita; posteriormente, el proyecto lo retomó Don Manuel Romero de Terreros, para concluir la construcción en 1854.

Otro dato que pocos conocen, es el por qué del nombre; y éste se debe a la cercanía de una hacienda en la que Maximiliano de Habsburgo fue sitiado por un pelotón de artillería, cuando huía, perseguido por Juárez. En sí, Arcos del Sitio, es un lugar emblemático para la naturaleza, para la historia y para enriquecer nuestro acervo cultural. Así que si en tus posibilidades está subirte a la motocicleta y llegar a ese lugar, no esperes más y el fin de semana próximo, planea la rodada con tus amigos y comprobarás que si valió la pena conocer ese lugar, muy cerca de la CDMX.