Han fabricado una gama de modelos y destaca “La motocicleta más rápida del mundo”.
Una larga historia centenaria respalda la calidad, prestigio y particularidades de estas motocicletas, que imponen un estilo de vida, pues sus modelos impactan en aquellos que optan por conducirlas, marcando la diferencia, confort y comodidad.
Marca de antaño que mantiene su actividad.
Triumph es una marca inglesa surgida en 1902, considerada una de las muy contadas marcas de antaño, que mantiene su actividad. Sus 120 años de experiencia son el valor agregado para que la marca haya alcanzado el prestigio que hoy la respalda y posicionarse a la altura de algunas mundialmente reconocidas, como BMW, Husqvarna, Moto Guzzi o Benelli, en Europa y Harley-Davidson o Indian, en Estados Unidos, quienes dan cuentas favorables de una imagen histórica tan reconocida.
Ante el comportamiento del mercado motociclista, marcas como Ducati, Honda, Suzuki, Yamaha, con menos años de existencia, también intentan hacerse un espacio en un mercado ‘retro’, cada vez más de moda. Otras, como la hindú, Royal Enfield, están dando pasos en esta opción; algo que se repite con los intentos de relanzamiento de Norton o Brough Superior; pero, ninguno de de esos casos han logrado el éxito de Triumph con su opción “Classic”; según lo reflejan las cifras de sus ventas que alcanzan el mismo porcentaje con grandes éxitos recientes, como las Naked Street Triple o las Trail Tiger, con unas cifras entorno al 25% del total de las ventas de la marca, sobre todo en los mercados estadounidense, japonés, italiano y español.
Lo anterior tiene una razón sustentada, ya que Triumph se preocupa por mantener al día su gama ‘Vintage’ que se presenta como la más completa y variada del panorama actual; es decir, una serie bautizada como ‘Classic’, que para 2014 hizo muchas modificaciones de detalle.
Una larga historia respalda su éxito.
En 1902, el alemán Siegfried Bettmann, dio los primeros pasos en la fabricación de las motocicletas Triumph, en Much Park Street, de Coventry con la ayuda del ingeniero Maurice Schulte, responsable de la primera Triumph, de 240 cc y 2,5 CV. Bettmann escogió el nombre ‘Triumph’ como nombre de la marca, porque “sonaba inglés” y era una palabra que se comprendía en todo el territorio europeo.
Entre 1907 y 1914, para demostrar la cofiabilidad y rendimiento de sus productos, Triumph participa en el TT de la Isla de Man, donde Jack Marshall ganó en la categoría de monocilíndricas, con una motocicleta de 476 cc, con un registro de vuelta rápida a una media de 68,36 km/h; siendo ésta, la primer victoria de una motocicleta con bastidor y motor construidos por un mismo fabricante.
Para 1918, en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, este evento dio un impulso definitivo para Triumph, cuya fábrica estaba situada en una segunda planta de Priory Street, en Coventry; donde se fabricaron más de 30.000 motocicletas Triumph Type H, para el bando aliado. La motocicleta era tan confiable, que los pilotos se referían a ella como la “Trusty Triumph” (Triumph de confianza).
Entre 1929 y 1936, la producción anual se mantuvo en las 30 mil unidades a finales de la década de los 20s y las matriculaciones de motocicletas británicas alcanzaron un récord que se mantuvo durante veinte años. Ante la crisis de 1929, se decidió que la empresa necesitaba una nueva estrategia, cuyo objetivo primordial era la reinversión de los beneficios en el desarrollo de nuevos productos; siendo el resultado el lanzamiento de 18 nuevos modelos presentados en 1934.
En 1936, el célebre ingeniero Edward Turner asumió los cargos de Director General y Jefe Diseñador; quien no sólo consolidó la apuesta de la marca, por hacer de la calidad y la innovación, su sello de identidad, sino que su labor también inspiró y motivó la continua expansión de Triumph. Turner jugó un papel decisivo en la introducción del motor bicilíndrico en paralelo que se ha convertido en el punto diferenciador de Triumph y de algunos de sus modelos con mayor renombre, como Speed Twin, Thunderbird y Bonneville.
La cultura Café Racer.
El panorama social en Inglaterra, luego de culminar la Segunda Guerra Mundial, creó un ambiente propicio, muy acorde para el nacimiento de una cultura que aún prevalece en la actualidad y en la que la marca Triumph jugó un papel determinante, tras lanzar el icónico modelo ´Cafe Racer´; en esos años de post-guerra, con una juventud ansiosa de vivir una nueva realidad de libertad, pues el Rock’n Roll cruzó el Atlántico y llegó a Europa estableciendo la contracultura “Rocker”. Las canciones de Elvis Presley y Little Richard, entre otros, se escuchaban con fuerza en los cafés ingleses frecuentados por los jóvenes británicos más rebeldes. Estos “Rockers”, también llamados “Leatherboys” (chicos de cuero) por la influencia de la película “Salvaje” (1953) protagonizada por Marlon Brando, comenzaron a sentar las bases de la cultura ´Café Racer de los años ’50 y ’60. Con imagen inconfundible, basada en cazadoras de cuero y pantalones de mezclilla; así, los “Rockers” buscaban una moto rápida, personalizada y llamativa para trasladarse de un “Transport café” (Bar de carretera) a otro.
´Bonneville´, la motocicleta más rápida del mundo.
En 1956, se da un hecho trascendente para la marca inglesa, pues Johnny Allen batió el récord de velocidad en las salinas de Bonneville (Utah, EE.UU.), tras alcanzar una velocidad media de 344,67 km/h con una motocicleta tipo “Streamliner” denominada “Devil´s Arrow”; por ello, este modelo bicilíndrico 650 de Triumph, la “Bonneville” T120, recibió ese nombre, en reconocimiento a la hazaña de Allen; derivado de ello, en los años posteriores, todas las Bonneville lucían una calcomanía, que decía “World´s fastest Motorcycle” (La motocicleta más rápida del mundo).
El cierre y la refundación
Debido al auge y éxito de ventas de las motocicletas japonesas, sumadas a la diversidad de problemas para mantener las fábricas abiertas que provocaron muchas huelgas e incluso la intervención del Gobierno Británico en forma de ayuda económica en la década setentera, la empresa Triumph Engineering Co Ltd decidió cerrar y parar la producción, en 1983.
Inmediatamente, el empresario John Bloor compró los derechos de la marca y su imagen, para refundar la compañía, por lo que en primer lugar, se decidió reorganizar la forma de trabajo y juntar un nuevo equipo de colaboración, utilizando todavía a muchos de los antiguos diseñadores de Triumph, quienes realizaron visitas a Japón para conocer las plantas de montaje de sus competidores en ese país y adoptar ideas nuevas, como la forma de trabajo y equipar con maquinaria controlada por ordenadores la nueva planta de la compañía, de 40.000 m² en Hinckley, Leicestershire, donde en 1985, Triumph se hizo con las nuevas herramientas industriales y comenzó a diseñar sus primeros prototipos, siendo hasta 1987, que la nueva empresa concluyó su primera motocicleta y tres años después, los asistentes al Salón de Motocicletas de Colonia, presenciaron el re-lanzamiento de Triumph, con la presentación de las Daytona 750 y 1000, Trident 750 y 900 y Trophy 900 y 1200. La producción anual de Hinckley llegó a las 5.000 motocicletas en 1992.
Finalmente tenemos que decir que en los inicios del siglo XXI, Triumph cada vez aportó una gama extensa, con nuevos modelos en diferentes segmentos a partir de 675cc. y una producción que superó las 50.000 unidades.
Un logotipo que distingue y viaja por el tiempo.
El emblema Triumph es hoy día un icono del diseño. Es un factor exclusivo de las grandes marcas de cualquier segmento que les hace distinguirse, de inmediato, de sus competidores. La evolución del logotipo “Triumph” nos traslada a un viaje en el tiempo que nos sirve para descubrir particularidades muy específicas, de la historia de esta marca inglesa.